El sociólogo polaco, fallecido este lunes a los 91 años, describió como nadie la fragilidad de las relaciones humanas en el incierto siglo XXI
El reconocimiento le llegó de grande a Zygmunt Bauman. Perseguido primero por los nazis y después por los comunistas por ser judío, debió huir dos veces de Polonia. La segunda vez fue definitiva. Vivió en la Unión Soviética, Israel, Estados Unidos y Canadá. Hasta que en 1971 se instaló en el Reino Unido, donde se convirtió en profesor de la Universidad de Leeds.
Tras estudiar una amplia variedad de temas en su carrera como sociólogo y filósofo, empezó a ser cada vez más leído en los ochenta y en los noventa por su original interpretación de las transformaciones en las relaciones sociales a partir de la globalización y de la liberalización de la economía y de la cultura. Su concepto madre, "modernidad líquida", logró capturar la esencia de una sociedad en la que los vínculos (laborales, afectivos) ya no son para toda la vida y están marcados por el cambio y la incertidumbre de lo efímero.