La postergación




Por Fernanda Estevao Díaz y Miriam Ottolini 

Uno de los obstáculos más comunes que nos encontramos al momento de concretar un objetivo y en el ámbito de la administración del tiempo es la procastinación. Esto significa dejar para mañana lo que teníamos que hacer ayer.



Pueden ser muchos los motivos por los cuales podemos caer, incluso, en una secuencia continua de dejar pendientes acciones por las que no logramos finalizar una tarea y, a veces, ni siquiera comenzarla. 

Si ponemos en la balanza por un lado la postergación y, por el otro, la resolución del tema, seguramente esta última nos traería aparejado algún provecho y, aún así, optamos por no dar ese paso. 

Cuantas veces te sucede que caes en la trampa de prometer(te) que cuando llegue ese “mañana” o “pasado” o “ese día”, lo resolverás, sabiendo internamente que llegado ese momento estarás en la misma situación. 

• Si el problema es la motivación…Que te incitaría a ir a la acción? Qué estas esperando que se solucione sin tu intervención? Que estás evitando enfrentar? 

• Si sentís que precisas más información para dar el paso… Esta es necesaria o una excusa? No estarás siendo perfeccionista? Como es tu actitud ante el error? 

• Si es que estás esperando que el contexto sea favorable… No estarás en realidad buscando una “alineación de planetas” que te asegure un total éxito en lo que tenés que hacer? No estarás sosteniendo muy fuerte el control remoto? 

Entendemos que todo esto que mencionamos como causales de la postergación (hay muchas más) pueden resultar excelentes excusas para no avanzar y “patear la pelota hacia delante”; es más, produce una inmensa sensación momentánea de alivio como si le dejáramos a otra persona ese accionar y la solución del tema y no a nosotros mismos.

 Como desarticulamos este proceso? Te invitamos, en primer lugar, a detectar: 

• Qué es lo que priorizas cuando postergás? 

• Cual es el beneficio secundario que tenés al postergar?

 • Que ganás al dilatarlo una semana, un mes o un año? 

• Que emoción surge detrás de la postergación? 

• Cual es el mal negocio de seguir en la postergación? 

Entonces te sugerimos hacer el ejercicio de detenerte en el momento previo a la decisión de postergar y preguntarte: 

• Estoy esperando ese momento perfecto que sé internamente que no llegará? Cuando mis padres… Cuando mis hijos… Cuando mi jefe… Cuando el gobierno… Cuando tenga el dinero suficiente… Estoy dispuesto a dilatarlo casi eternamente? 

 • Que puedo hacer desde mi posición de responsabilidad para enfrentar la situación?

 • Estaré perdiendo una gran oportunidad? 

Te proponemos revisar tus temas “pendientes” para que dejen de quitarte energía y hagas foco en su resolución, y comenzar a cambiar el “mañana empiezo” por el “ahora me pongo en marcha”. 

Quizás ese momento ideal nunca llegue y podamos permitirnos soltar el control dejando que las cosas fluyan en su propia evolución, ejerciendo el derecho a cometer errores, a los que podemos llamar “espacios de aprendizaje” que nos permitan emprender el camino hacia lo que queremos. 

 Si no soy Yo, entonces ¿Quién? 

 Si no es ahora, entonces ¿Cuándo? 

Publicado en www.acordarmiradas.com

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