Por Luciana Wisky
Sofía Giordano Gryberg es licenciada en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires, en Argentina. Especialista en temas de Bioética y Salud Pública, es una de las creadoras de un espacio de reflexión y debate con jóvenes sobre temas actuales. De este proyecto y del fomento del pensamiento y la filosofía entre los estudiantes hablamos con ella.
En el año 2016, cuando cursaban la carrera de Filosofía, Sofía Giordano Gryberg y una compañera crearon el Encuentro de Jóvenes en Filo, un espacio de reflexión y debate filosófico sobre temáticas actuales entre jóvenes. Giordano nos cuenta sobre este proyecto que busca incluir la voz de los y las jóvenes en las conversaciones sobre el mundo en el que queremos vivir y la forma en la que deseamos hacerlo.
Esto fue
en el año 2016, en un momento en el que observábamos que aumentaban en
popularidad los programas de televisión de «debate», pero en los no aparecían
las voces de lxs jóvenes. No era necesario desarrollar un diagnóstico
demasiado exhaustivo para dar cuenta de la alta segmentación en nuestra
sociedad que relegaba el espacio de diálogo y reflexión de la juventud al
ámbito escolar. Y que las posibilidades de encontrarse y dialogar con otras
personas de realidades y perspectivas diferentes a las propias, eran escasas o
prácticamente nulas. Así fue que nos propusimos pensar un proyecto que
intentara proporcionar las condiciones necesarias para que se produzca un
espacio de reflexión democrática y debate filosófico sobre temáticas actuales
entre jóvenes.
Otro de
los fantasmas a los que queríamos hacer frente es esta idea tan difundida de
que en todo debate debe haber un ganador o ganadora, como si todo intercambio
se limitara a lograr que la otras personas reconozca que uno o una tenía razón.
Por eso nunca se otorgan premios o distinciones, como hacen otros espacios
filosóficos dedicados a jóvenes, más allá de un certificado por haber
participado como sucede en cualquier congreso. Tampoco buscamos que se imponga
una posición sobre el resto, sino abrir un espacio para intercambiar
perspectivas y compartir las reflexiones y preguntas que cada uno/a trae desde
la especificidad de su realidad.
Una de
las cuestiones que discutimos con Florencia cuando comenzamos a pensar en el
enfoque pedagógico-filosófico de la actividad era cómo comprendemos la
filosofía. Es habitual asociarla con corpus teórico de ideas abstractas. Sin
embargo, desde el Encuentro proponemos la filosofía como una práctica ligada a
una dimensión vital del ser humano, cuyo rasgo determinante es su carácter
abierto y crítico de toda estructura que se le presenta como dada.
Nuestra
propuesta toma como punto de partida los desarrollos de la pedagogía de la
pregunta, de la filosofía intercultural y el pensamiento decolonial. Desde allí
buscamos romper con una concepción de la educación como mera transmisión de contenidos
específicos en un marco programático de enseñanza institucionalizada.
La filosofía
históricamente ha sido concebida como una práctica elitista, reducida a algunos
pocos, a aquellos que cumplen con ciertas características de género, clase
social, raza, nacionalidad, edad, idioma, etc. Las personas, según el lugar que
ocupen dentro de estas categorías, están supuestamente mejor predispuestas o
más capacitadas para realizar dicha tarea, y por lo tanto tienen mayor
visibilidad y credibilidad. Entonces, de algún modo, decir que todas las
personas tenemos el derecho a filosofar es también denunciar como injustas las
relaciones sociales que determinan que solo algunas personas estén autorizadas
a pensar y pronunciarse sobre ciertos asuntos.
Con esto
no se pretende negar la especificidad que la filosofía ha adquirido como
disciplina, pero creemos que esto no debería ir en detrimento de que todas las
personas, en el ejercicio de la ciudadanía, puedan participar de conversaciones
sobre qué es el bien, qué es lo justo, la verdad, el poder, etc. Por esta
razón, desde el Encuentro lo que se propone es generar las condiciones de
posibilidad para participar de ese debate, de esa conversación, que básicamente
es una conversación colectiva respecto del mundo en el que queremos vivir y la
forma en la que deseamos hacerlo.
Por eso,
este proyecto —que busca desandar dichos imaginarios— se asienta sobre dos
requisitos fundamentales. Primero, el Encuentro se desarrolla en nuestra casa
de estudios, es decir, la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA en
articulación con otras instituciones escolares de nivel medio. Este es un
requisito fundamental, porque para nosotrxs es importante que la voz de
lxs jóvenes entre a la Universidad.
Además,
para muchxs de lxs jóvenes no solo es la primera vez que entran a
la Universidad, sino que también hay muchos casos en los que son lxs
primerxs en la familia en participar de una actividad dentro de una
institución de nivel superior.
En
segundo lugar, creemos importante convocar a y trabajar con jóvenes de
distintas realidades. Por eso convocamos escuelas privadas, públicas,
confesionales, bachilleratos populares de distintas partes de la ciudad (eso
por las limitaciones que significa el traslado hacia la facultad).
El
objetivo que persigue la «caja de herramientas» es la formación de sujetos
críticos que puedan apropiarse de las categorías filosóficas para pensar sus
propias realidades y enriquecer esos saberes, a pesar de no venir del ámbito
académico. El uso de los recursos que proponemos, el diálogo directo con sus
vidas y problemáticas imperantes, es la base para el diálogo con otrxs
que traen sus propias experiencias y reflexiones sobre la temática. Nuestro
objetivo es abrir el juego de la educación secundaria a otros tipos de textos,
recursos y experiencias para pensar qué les resulta más interpelante,
significativo y urgente.
Creemos
que es esencial que desde las instituciones educativas se promueva otra forma
de relacionarnos con el saber y con la producción de conocimiento. Como te
decía, no se trata de un proyecto paralelo a la institución, sino que nuestra
propuesta se sostiene gracias al trabajo colectivo de la facultad, lxs
docentes de nivel medio y también lxs estudiantes avanzados de
filosofía. Es lógico que la culminación del proceso sea el Encuentro de Jóvenes
mismo, que transcurre en la facultad y dura medio día. Este se hace
generalmente en noviembre, antes de los finales y cierre de cuatrimestre.
Ese día
llegan y se conforman diferentes grupos en mesas de reflexión. Cada mesa está
integrada por estudiantes de diferentes escuelas, junto con lxs
coordinadorxs (estudiantes avanzadxs o egresadxs de la
carrera de Filosofía). Cada coordinador o coordinadora cuenta con una guía de
preguntas que invitan a problematizar los contenidos, habilitan el intercambio,
permiten la expresión de ideas y promueven la reflexión y profundización
colectiva. Por último, convocamos a todxs lxs participantes a una
asamblea general para exponer las producciones al resto de lxs
asistentes y a las autoridades de la facultad, mientras que una persona
dedicada al tema de ese año abre un espacio de intercambio retomando las
producciones realizadas en las mesas de debate.
Lo que
hace el coordinador es hacer preguntas que incentiven a lxs jóvenes a
compartir sus reflexiones y a debatir. También ayuda a que se cuestionen lo que
están afirmando o negando.
En el
transcurso de estos cinco años hemos reflexionado mucho en el trabajo que
realizamos con lxs docentes y estudiantes que participan acompañando a lxs
jóvenes, porque hemos notado que estos no son los únicos que se expresan,
piensan y repiensan en las jornadas.
Algo
interesante, que también fue apareciendo, es que para muchxs de lxs
coordinadores es su primera experiencia como educadores y en muchos casos como
interventores en su casa de estudios. Entonces, esto nos llevó a ofrecer
también espacios de formación y reflexión sobre esta tarea que no se parece en
nada a lo que se nos prepara para la docencia. Tenemos que sacarnos de la
cabeza que tenemos que repetir lo que algún autor canónico ha dicho sobre la
cuestión. Esto es algo en lo que hacemos mucho hincapié; la idea es que las
voces principales sean la de lxs jóvenes y el lugar que cumple el
coordinador o la coordinadora no es el de bajar contenido, sino el de generar
un espacio en donde se desarrolle la práctica filosófica y se democratice la
palabra.
La
realidad es que no solo lxs jóvenes salen muy entusiasmadxs por
la experiencia, sino que también lxs coordinadores terminan muy
movilizadxs por esta experiencia, que en muchos casos es el primer
contacto con colegios secundarios. Ellos quedan muy sorprendidos por lo que
sale de estas mesas de debate.
Otra cosa
que también tratamos de aprovechar de este contacto entre jóvenes de secundaria
y estudiantes universitarios es la oportunidad que tienen lxs jóvenes
que se encuentran cursando sus últimos años de educación secundaria de hablar
con alguien que está estudiando en la universidad. Para algunxs de lxs
chicxs que llegan no es una posibilidad estudiar o es algo que incluso
nunca pensaron; para otrxs puede ser que sea el primer caso en la
familia que va a ir a la universidad. Entonces, se convierte también en una
instancia en la que pueden sacarse dudas o hablar sobre el tema.
Teniendo
en mente todo esto, en el primer Encuentro, durante 2016, aprovechamos la
masividad que tenía el Bicentenario de la Independencia para ver qué tenían
para decir las juventudes sobre el tema. Nuestra propuesta buscó que se
repensara filosóficamente el significado de la independencia y la soberanía,
los límites y potencias de la idea de bien común frente a las injusticias e
inequidades sociales, la posibilidad de repensar el proyecto colectivo de país,
entre otras cuestiones.
El
segundo año trabajamos otro problema de mucha actualidad que fue la cuestión de
género. Allí pensamos este eje en relación a diferentes áreas: el poder, el
derecho, la discriminación, el lenguaje, los procesos de contrucción de
identidades, la diferencia entre género y sexo, las exclusiones del binarismo,
etc. Este tema fue sumamente convocante porque se dio en el contexto de la
masividad que habían implicado las marchas del «Ni una menos» que luego se
replicaron en otras partes del mundo y mostró el profundo compromiso que tienen
gran parte de las juventudes por estas cuestiones.
Al año
siguiente propusimos como tema la cuestión de la identidad argentina y los
límites de la identidad y la diferencia en la construcción de lo colectivo.
Allí se abordaron otras cuestiones urgentes como el racismo, la xenofobia, la
aporofobia, entre otras. Este encuentro congregó en la facultad a 800 jóvenes.
El cuarto
encuentro se realizó en el 2019 en una coyuntura compleja de Argentina durante
un año electoral, en un contexto de protestas sociales y por eso elegimos para
ese año reflexionar sobre el poder, la soberanía y la representación. Este fue
el encuentro más masivo, se realizó en tres días y participaron más de mil
estudiantes de 50 colegios y contamos con la colaboración de 70 estudiantes
avanzadxs de Filosofía. Este fue el último encuentro presencial antes de
la pandemia.
Además,
creíamos que en ese contexto la «caja de herramientas» también era un recurso
que queríamos que esté al alcance, independientemente si después íbamos a poder
hacer un encuentro presencial a fin de año o no. Por eso fuimos trabajando de a
poco a medida que el tiempo avanzaba y pensando en las alternativas y lo que
podíamos aportar tanto para lxs docentes como para lxs
estudiantes.
Propusimos
como tema la diversidad de experiencias en el contexto del aislamiento, la
tensión entre la realidad y la ficción, el rol de la tecnología y la
información en la construcción de lo real. A partir de estos conceptos
trabajamos el problema de las fakes news. Al final terminaron
saliendo cosas muy lindas y este año decidimos repetir la modalidad para abordar
otro tema de suma actualidad que es el de la crisis sanitaria y ambiental
global. Por eso la «caja de herramientas» se centra sobre el ambiente, el rol
de las acciones humanas, el capitalismo/neoliberalismo, la dignidad humana, y
propone el caso de las utopías/distopías para pensar de manera colectiva otros
presentes y otros futuros más sustentables.
También
la virtualidad nos permitió profundizar en otra actividad que habíamos empezado
a realizar durante la presencialidad que eran las visitas a los colegios. Allí
aprovechábamos para presentar la universidad y realizar alguna actividad
anticipatoria con lxs estudiantes sobre la temática del Encuentro. Sin
embargo, esto nos resultó muy complejo por la cantidad de colegios inscriptos.
Y bueno, un poco la virtualidad nos permitió eso, pudimos coordinar con más
colegios y hacer visitas virtuales que fueron muy lindas. De hecho, en mi caso,
también me posibilita poder seguir participando y coordinando desde España, en
Madrid, que es donde estoy viviendo ahora.
Esto nos
llevó a pensar en las posibilidades que abre hacer encuentros virtuales porque
es nuestro sueño poder expandir la propuesta a otras latitudes, que es algo que
la presencialidad no nos permite al momento. Esperamos algún día poder viajar
nosotrxs o también inspirar a otras universidades del país y de otros
países a coordinar un Encuentro de Jóvenes en Filo.
Publicado en filco.es
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