Por Mariano Rovatti
Muchas veces tendemos a sobredimensionar, a hiperdramatizar, a anunciar próximos apocalipsis en nuestras vidas. ¿Por qué lo hacemos? Y más importante…¿de qué nos sirve?
“Ustedes quieren que yo me muera”, “yo me voy a enfermar en este trabajo”, “no me cuidaste, me dejaste a la buena de Dios”, “me engañaron, no tolero más la mentira”, “a ése lo voy a agarrar yo, y ya va a ver…”, “todos se pusieron de acuerdo en contra mío”, “ahora sí, te dejo y es para siempre” … son frases que se lanzan desde nuestra particular posición interpretativa y emocional.
Tienen un tono terminante, altisonante, y generalmente,
intentan construir una cerca de protección
para quien las emite, frente a situaciones o personas que juzga amenazantes.
Generalmente, se dicen desde un lugar de impotencia, de no saber qué hacer
frente a determinada situación, de sentirse
menos que las circunstancias. En el fondo, nacen de la baja autoestima, que como reflejo, le sube el precio al contexto que
enmarca nuestras conductas y decisiones. Puede ser un llamado a la atención de los demás, y aún de nosotros mismos,
cuando tenemos la sensación de que nuestras vidas son insignificantes.
Los juicios exagerados suelen ser declaraciones de incompetencia, en las cuales le anunciamos al
mundo que aquéllo que nos pasa, nos supera. Y que éso que nos pasa, además, es culpa de ese mundo (familia, pareja, trabajo, sociedad..) por lo que
también se asocia a la exageración una dosis fuerte de victimización o autoconmiseración.
Cuando exageramos nuestros juicios, y anunciamos cataclismos
en nuestras vidas, declaramos que no
somos responsables de nuestras acciones
y resultados. En definitiva terminamos sin hacernos cargo de ellas.
Una evaluación
equilibrada de nuestras circunstancias, en donde ponemos sensatamente en la
balanza nuestros recursos, carencias, oportunidades y amenazas, nos permite
asumir con responsabilidad y sereno optimismo nuestros desafíos y tomar
decisiones más efectivas.
¿Alguna vez sentiste que se caía el mundo? ¿Cómo lo
encaraste?
No hay comentarios:
Publicar un comentario