Ambientes positivos, empresas productivas




Encuentro de Beatriz Manrique con Pablo Claver

El verdadero significado de
engagement

Esta palabra no tiene una traducción tan precisa al español. Pablo Claver la entiende como “compromiso”, “enganche” y “motivación”. Se observa cuando una persona está a gusto en su trabajo. Es posible observar en ocasiones a personas que trabajan con cierto nivel de aburrimiento o pasividad, que contribuyen poco en su empresa y realizan sus labores únicamente con la motivación de un sueldo, o “porque no les queda otra”. 



El engagement es todo lo contrario, y para el funcionamiento exitoso de una empresa, es esencial: Claver afirma que cuanto más enganchado se tenga al equipo, cuanto más motivados y comprometidos estén, mejor van a salir las cosas. 

La herencia de los conceptos sobre cómo tiene que funcionar una empresa no se ajusta a esta visión. En los siglos XIX y XX las organizaciones parecían fábricas en las cuales se veía al trabajador no como una persona, sino como “mano de obra”. Desde esa perspectiva, se sostiene que, por ejemplo, si la persona tiene un problema personal, eso no debe concernir en el área laboral, y ese problema debe “quedarse en casa”. Igualmente, se cree que en la empresa no debe haber vínculos personales ni sociales, que los compañeros de trabajo no pueden ser amigos, y por supuesto, “no son una familia”. En ese contexto, la palabra felicidad, “chirría”. 

Ahora, en pleno siglo XXI, esos no pueden seguir siendo los principios que marcan la dinámica de una empresa. Claver expresa que es de sentido común el que, en un ambiente positivo, donde se provocan emociones de alegría, unidad y propósito, la gente expresa la mejor versión de sí misma, y es entonces cuando se vuelve más creativa, más innovadora, más social, fluye mejor, se centra en el objetivo laboral, y desde ese enfoque consigue mejores resultados. 

Pablo Claver comenta: “Es gracioso que se tenga que demostrar que las empresas felices dan mejores resultados. Pienso que ese es un tema de sentido común, pues en una empresa donde los empleados tienen compromiso, es simple lógica que los resultados obtenidos sean superiores. Pero venimos del paradigma marcado en los siglos XIX y XX, y por esa razón hoy hay que demostrar que una persona feliz da mejores resultados. Gallup nos hace el gran favor de demostrarlo con sus investigaciones sólidas, https://www.observatoriorh.com/orh-posts/en-la-empresas-felices-la-productividad-de-los-empleados-crece-un-31.html pero me hace un poco de gracia, pues lo normal debería ser que las empresas fueran felices, y lo anormal, que no lo fueran, es decir, que esos lugares donde en ocho horas laborales la gente lo pasa mal, se siente en un cuartel y no se extrae nada positivo, deberían no existir, o ser muy extraños. Hay que evangelizar mucho en ese aspecto, y sobre ese tema Gallup nos echa una mano” https://www.larepublica.co/alta-gerencia/felicidad-en-el-trabajo-2785340. 

Así, para vivir en una empresa un ambiente donde se sienta el verdadero significado de engagement, los líderes deben promover un ambiente donde la dinámica laboral permita que surja lo mejor de las personas https://socialreacher.com/es/blog/12-preguntas-encuesta-gallup-q12-compromiso-del-empleado/, y para eso no bastan las ganas o las buenas intenciones, sino que hay técnicas.

Los cinco activadores de la felicidad

Nos han vendido muchas imágenes de Silicon Valley, donde se pinta que las empresas felices son las que tienen toboganes, o en las que se juega ping-pong. Pablo Claver observa que la felicidad, si bien no se obtiene después de “un largo camino de sacrificio y esfuerzo”, pues ese sería el paradigma del siglo pasado, tampoco es algo que se vive como si se asistiera a un circo. Sobre este tema, Claver es enfático: “Si tienes un mal ambiente laboral y pones una piscina de bolas, no vas a solucionarlo. Los líderes tienen que aceptar que este es un mensaje de sentido común, y deben esforzarse por medir qué pasa con los trabajadores”. 

En Harvard se realizan investigaciones y se promueven los resultados sobre los factores que debemos tener presentes para generar ambientes positivos y felices. Estos se pueden resumir en los siguientes aspectos: 

1. Relaciones interpersonales

2. Fomentar emociones positivas

3. Velar por el bienestar físico y el bienestar mental de los integrantes de la empresa 

4. Desarrollo de los equipos

5. Propósito: que cada uno de quienes integran la empresa tenga un propósito por el que quiera levantarse cada día

Las relaciones interpersonales aplicadas a la empresa pueden fomentarse con la inclusión entre departamentos. En una organización, cuando las personas de cualquier departamento se empiezan a conocer entre ellas, se eleva el nivel del clima laboral. Ocurrirá que los miembros de la empresa empiezan a crear vínculos, de pronto se comparten las vacaciones con algunos compañeros de trabajo, o se comenta sobre los gustos relacionados a la comida o actividades de tiempo libre. Fomentar la empatía y dar espacio para el desarrollo de las relaciones interpersonales tiene un impacto positivo en el clima de una empresa, y como lógica consecuente, en su productividad. Entre las actividades que Claver explica que pueden ayudar a este propósito, están los desayunos integrados de los días lunes, cuando se reúne a todo el personal durante al menos media hora y se les brinda un desayuno mientras conversan de cualquier tema que no tenga que ver con el trabajo; o el círculo de éxito, que es una dinámica que se realiza los últimos viernes del mes, y donde se solicita a los trabajadores que compartan una historia positiva que les haya ocurrido durante ese tiempo. La historia puede ser personal o laboral, pero la intención es poner el foco de la atención en los aspectos positivos que sí experimentamos las personas, y no en lo negativo, que es lo que usualmente ocurre en el bombardeo diario de noticias y resolución de problemas de toda índole. Las relaciones sociales que se fomentan en el trabajo y que se enfocan en los aspectos positivos, en lo que sí se ha conseguido, en lo que se puede lograr, son un gran termostato de éxito en las empresas.

El rol del líder para elevar el nivel de felicidad y productividad en las empresas

La felicidad no es el resultado de un evento externo, sino que está en el interior. Acciones como compartir, agradecer, colaborar, reconocer o sonreír van a generar emociones positivas que harán que en esas ocho horas laborales ocurran cosas interesantes. Pero en la empresa debe haber un gestor, un líder encargado de provocar esas emociones positivas. 

En cuanto al bienestar mental, también es un resultado del bienestar físico. Las empresas deben fomentar la alimentación saludable y el ejercicio. Capacitar en este aspecto, o premiar conductas positivas puede ser un gran aliciente. Algunas prácticas que se observan en empresas con altos niveles de éxito son: dar media jornada libre cada treinta días que el trabajador vaya a su trabajo en bicicleta, “celebrar” el “día sin ascensor”, dar facilidades para asistir al gimnasio. Pero también se debe atender el bienestar mental de forma específica: ayudar a que la gente sepa gestionar sus emociones, el Mindfulness, las pausas disruptivas, la gestión del estrés, entre muchas otras prácticas derivadas de la psicología positiva, la neurología, la programación neurolingüística, etc., son formas de promover el desarrollo humano y de fomentar un mejor ambiente laboral.

El desarrollo de los equipos depende fundamentalmente de un líder empático y observador. Los líderes, señala Claver, “tenemos que potenciar las habilidades en lo que los equipos son buenos, y ponerles retos para que crezcan y trabajen en Flow”.

Al final, todo se resume en la siguiente pregunta: ¿En dónde estás poniendo el foco de tu atención? Por eso, levantarse con un sentido, con un propósito, es elemental para generar el mejor ambiente para el resto del día. Claver sostiene: “Algo que he reforzado en los 25 webinars desarrollados para América Latina durante esta pandemia, es la importancia de concienciar a los equipos de trabajo que lo que ellos hacen, el producto que generan, ayuda a hacer crecer a la organización y tiene un impacto social positivo. Es difícil levantarse solamente por una nómina o por un sueldo. Hay razones mayores, y el líder tiene que mostrarlas para obtener la mejor versión de sus equipos”. 

Hay una frase que decía Henry Ford: “He pedido dos manos, y me han traído dos manos y una cabeza”. Él no quería la cabeza, él no quería que sus trabajadores pensaran. Eso, hoy es obsoleto. Actualmente, para subsistir, se necesita como empresa transformarse y ser creativos, se necesita “la cabeza” de todos los colaboradores para poder sacar lo mejor de los equipos. Con la siguiente frase, Claver expresa uno de los principios fundamentales para los líderes del siglo XXI: “Como líderes, tenemos que inspirar, agradecer, dar más información de la orgánica, ayudar a los equipos a encontrar su propósito y acompañarlos en este viaje con una retroalimentación que los guíe y los ayude a mejorar”.

Para ver la entrevista completa cliquear acá: https://cincosentidos.org/2020/06/29/encuentro-con-pablo-claver-ambientes-positivos-empresas-productivas/

Publicado en cincosentidos.org

Pablo Claver es Licenciado en Gestión Comercial y Marketing, muy reconocido como escritor, conferencista e investigador en el área de la felicidad laboral. Es socio fundador en AEÍA (España), donde es gerente de sueños y de comunidad. Destaca como empresario y ha recibido el premio Aster 2005 al mejor emprendedor del año. Algunos de sus libros publicados son “Yo también puedo emprender” (2013), en donde expone que “quien opte por emprender debe tener muy claro que el mundo se puede cambiar y que él, como parte integrante de un equipo, va a precipitar ese cambio”, o “Por fin es lunes” (2018), donde se orienta al lector para comprender que “la felicidad laboral no es una utopía”, sino que “se puede conseguir”.

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