Por Sonia Budner
¿Podemos mantener relaciones sentimentales a largo plazo sin renunciar a conservar nuestra privacidad, nuestro propio desarrollo personal y evitando los conflictos de la convivencia? Hoy hablamos de ello
Hasta ahora se consideraba como uno de los pasos definitivos en la consolidación de una pareja la decisión de vivir juntos en la misma casa. Compartir espacio, rutinas y, en ocasiones, bienes comunes era el punto de inflexión hacia una relación consolidada.
Sin embargo, en la actualidad existe un número cada vez mayor de personas que deciden prolongar esta decisión, a pesar de mantener relaciones de pareja estables. De alguna manera, esto parece indicar que un porcentaje de la sociedad está aprendiendo a disfrutar el hecho de vivir solos, aunque bien es cierto que otros toman esta decisión por otros motivos.
Según los últimos estudios, esta situación es de carácter global, al menos en Occidente y
además, no es exclusiva de un país o comunidad en concreto. De hecho, el 35% de
las personas que viven solas han informado que se encuentran en una situación
sentimental estable, pero sin cohabitación.
Estos datos no varían en exceso entre hombres y mujeres, siendo estas
últimas las más numerosas por apenas un 1%. Ahora bien, lo que sí parece un
factor crucial es la edad, más que el género. Así,
parece que las personas mayores están menos influenciadas por las presiones
sociales de formar pareja y convivir con ella.
Los datos por edades
Entre las personas mayores de 51 años que
comienzan nuevas relaciones sentimentales, tan solo el 22% informa que entre
sus planes de futuro se encuentra la idea de compartir casa con sus pareja
actual. La mayoría de ellas considera importante mantener su estilo de
vida sin que ello afecte a la calidad de su nueva relación de
pareja.
Sin embargo, solo la mitad de las personas que se encuentran entre los
31 y 40 años a día de hoy y que mantienen relaciones sentimentales estables se
plantea la convivencia en los próximos dos años. Por otro lado, en edades más tempranas, la no convivencia en las primeras etapas
de la relación se considera un paso fundamental, además de anteponer
la formación y el desarrollo profesional a la convivencia en pareja.
¿Cuáles son los motivos por los que no se desea vivir en pareja?
Este
fenómeno parece responder a varios motivos.
Así, el hecho de haber convivido previamente con otra pareja es el factor que
más se relaciona con la probabilidad de vivir en pareja, pero cada uno en su
casa.
La experiencia muestra que vivir cada uno en su casa hace
sentir a los miembros de la pareja más libres en la relación y
con la capacidad de entablar amistades fuera de ella. También se sienten menos
presionados ante los conflictos de las labores domesticas y
los asuntos financieros en común.
Las personas que deciden vivir en pareja, pero cada uno en su casa
informan que se sienten a gusto con la preservación de su
privacidad sin renunciar a la intimidad con sus parejas.
Muchos de ellos consideran que esta es también una manera menos traumática de
salir de una relación, si se diera el caso.
Parejas duraderas en el tiempo
Lo curioso es que esta nueva forma de entender
las relaciones de pareja no parece mermar la calidad ni la duración de las
mismas. Un alto porcentaje de ellas siguen juntas después de 12 años
de relación no cohabitante.
Quizás la idea de “tener que encontrar una pareja” como uno de los
requisitos sociales más apremiantes de las pasadas generaciones se esté
transformando. Todo parece indicar que la forma de entender las
relaciones sentimentales en la actualidad está cambiando en muchos
aspectos.
Una nueva visión sobre las relaciones
Esta nueva visión sobre las relaciones sentimentales aún están
consolidándose. No obstante, quienes las experimentan
afirman que aporta una mayor sensación de libertad, tanto
a nivel de elección como de oportunidad de desarrollo personal, en contraste
con los matrimonios convencionales.
Aún así, el concepto de una
relación, es decir, cómo se percibe y qué características tiene, es subjetivo.
De ahí, que otras muchas personas no estén totalmente de acuerdo con esta nueva
visión. Todo depende del vínculo y sus participantes.
Ahora bien, ¿será esta la manera de entender las relaciones
sentimentales en el futuro? ¿Quedará la convivencia en la
misma casa relegada al deseo de formar y criar una familia? ¿Estamos
presenciando por primera vez la clara diferencia entre el deseo de tener pareja
y tener familia?
Esta
última cuestión parecía no estar claramente separada de la primera hasta ahora. Aunque lo cierto es que hay muchas personas que desean tener una
pareja a largo plazo, sin que ello conlleve la creación de una familia. Sin
duda, algo muy profundo está cambiando en nuestra sociedad.
Publicado en lamenteesmaravillosa.com
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