La vida es una interdependencia



Por Baghwan Shree Rajneesh (Osho) 

 Nadie es independiente, ni por un momento puedes existir solo. Necesitas que toda la existencia te apoye a cada momento en cada inspiración y espiración. No es una relación, la vida es una total interdependencia. Recuerda, no estoy diciendo que sea dependencia, porque la idea de dependencia sugiere que eres independiente. Si somos independientes entonces la dependencia es posible. Pero ambas son imposibles; la vida es una interdependencia.



¿Tú que crees? ¿Son las olas independientes del océano, o dependen del océano? Ni lo uno ni lo otro es verdad. Ni son independientes ni dependientes. El océano no puede existir sin las olas y las olas no pueden existir sin el océano. Son totalmente uno, es una unidad. Y así es toda nuestra vida. Somos olas del océano cósmico de la consciencia.

Eso significa que el amor puede tener tres dimensiones. Una es la dependencia; que es lo que le pasa a la mayoría de la gente. El marido depende de la esposa, la esposa depende del marido; se explotan mutuamente, se dominan el uno al otro, se poseen el uno al otro, se reducen el uno al otro a una mercancía. En el noventa y nueve por ciento de los casos, eso es lo que está pasando en el mundo. Es por eso que el amor, que puede abrir las puertas del paraíso, sólo abre las puertas del infierno.

La segunda posibilidad es la del amor entre dos personas independientes. Ocurre de vez en cuando, pero esto también trae miseria, porque conlleva un conflicto constante. No hay forma de cambiarlo; ambos son tan independientes que ninguno está dispuesto a comprometerse, a ajustarse al otro. Los poetas, artistas, pensadores, científicos, los que viven en cierta independencia, por lo menos en sus mentes, son gente con la que es imposible vivir; son gente excéntrica, difícil vivir con ellos. Dan libertad al otro, pero su libertad se parece más a la indiferencia que a la libertad, parece como si no se preocuparan, como si no les importara. Se dejan el uno al otro en sus propios espacios. La relación parece ser sólo superficial; tienen miedo de profundizar el uno en el otro, porque están más comprometidos con su libertad que con el amor, y no se quieren comprometer.

Y la tercera posibilidad es la interdependencia. Raramente ocurre, pero cuando ocurre una parte del paraíso desciende sobre la Tierra. Dos personas, ni independientes ni dependientes, sino en una tremenda sincronicidad, como si respiraran el uno por el otro, un alma en dos cuerpos; cuando esto ocurre, ha ocurrido el amor. Sólo a esto se le puede llamar amor. Las otras dos no son verdadero amor, no son más que arreglos: sociales, psicológicos, biológicos, pero arreglos. Ésta es algo espiritual.

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