New Amsterdam y una visión sobre el liderazgo



Por Mariano Rovatti

Uno de los grandes éxitos de Netflix es la serie New Amsterdamestrenada en 2018 por la cadena NBC de los Estados Unidos. La misma está inspirada en el libro “Doce pacientes: vida y muerte en el Hospital Bellevue”, de Eric Manheimer, que narra historias situadas en dicho establecimiento situado en Manhattan, Nueva York, siendo el más antiguo de los Estados Unidos, ya que fue fundado en 1736.

 



Es un centro estatal de salud, que hoy tiene más de 7.000 empleados, incluyendo el personal profesional. Es un hospital escuela dependiente de la Universidad de Nueva York, y en la serie, además se ubica lindante con una prisión de alta peligrosidad. Actualmente recibe un 80% de población desprotegida, sin acceso a planes de salud. Durante el atentado a las Torres Gemelas fue el principal centro de atención.

La trama comienza con la designación del Dr. Max Goodwin (protagonizado por Ryan Eggold), como director médico del establecimiento. El protagonista propone romper con todas las estructuras burocráticas, ineficientes y corruptas, poniendo como prioridad al paciente y sus necesidades.  En ello compromete su propia historia personal, ya que allí mismo murió su hermana por una infección interhospilataria.

Junto al rol protagonista se lucen los siguientes personajes: Helen Sharpe (Freema Agyeman), Lauren Bloom (Janet Montgomery), Floyd Reynolds (Jpcko Simps), Vijay Kapoor (Anupam Kher) e Iggy Froome (Tyler Labine), quienes conforman la primera línea de responsables departamentales.

Con las lógicas licencias narrativas –típicas de la televisión norteamericana- a lo largo de los veintidós capítulos de la primera temporada y los dieciocho de la segunda, New Amsterdam nos muestra un perfil de liderazgo muy particular en cabeza de Max, quien a partir de sus iniciativas logra alinear detrás suyo al personal médico y auxiliar. Veamos algunos de sus rasgos principales:

“¿Cómo puedo ayudar?: el protagonista tiene en sus labios esta frase, que es mucho más que una muletilla. Frente a cada desafío, a sus subordinados no les baja línea, sino que se muestra como un líder empático, colaborativo, humilde, cercano. Invita a su empleado a co-construir la solución, evitando estancarse en el problema, en la imposibilidad, poniendo foco en la posibilidad.

La importancia de los valores declarados: “New Amsterdam” es una denuncia –no exenta de un fuerte contenido político- que acusa al sistema de salud de los Estados Unidos, básicamente privado y muy costoso. Siendo un hospital público, su director repite que allí todos tienen derecho a ser atendidos -incluso los indocumentados- por el solo hecho de que lo necesitan, siendo la prioridad la atención de los pacientes, salvando sus vidas.

También vincula la problemática sanitaria con la social, exponiendo cómo la desigualdad es un factor de creación y difusión de enfermedades.

Alineamiento del personal: sostener esos valores con su conducta, es lo que le permite a Max lograr que el personal médico y paramédico adhiera a su conducción, sin necesidad de recurrir a medidas coercitivas. Max se pone al frente de ellos, exponiéndose –aun con una grave enfermedad y una situación personal difícil- produciendo naturalmente el compromiso de todo el personal del hospital, encolumnándose voluntariamente detrás de su propuesta.

También logra liderar hacia arriba, imponiendo a sus superiores algunas decisiones que no habían querido tomar por razones políticas o financieras.

Enfocarse en la posibilidad: Max no acepta las imposibilidades del sistema, y las desafía permanentemente, proponiendo soluciones creativas en las que logra someter la burocracia a la necesidad del paciente. El protagonista logra inspirar a partir de transmitir el para qué de la función médica.

La importancia de tomar decisiones: En forma poco ortodoxa, Max toma decisiones –generalmente controvertidas- de manera constante, poniendo en evidencia los vicios de la organización. Remueve estructuras corruptas, saca de la comodidad a todos los miembros del equipo, promueve nuevos liderazgos y sostiene sus decisiones con convicción y templanza en medio de la adversidad, aunque no duda en dar marcha atrás cuando le es evidente que erró el camino.

La formación del equipo: Max toma decisiones en su primer día que genera un cambio radical en la conformación del equipo. A lo largo de la serie, como conductor se apoya permanentemente en su primera línea de responsables de departamento, y por extensión a todo el resto del personal. Max le da un amplio espacio para tomar decisiones, impulsándolos sin temor al error, usando la confianza como combustible de la cadena de mandos.

Trabajar con pasión: Tanto en Max como en el resto del equipo hay una decidida pasión por lo que hacen, fruto de su marcada vocación por la medicina concebida como un servicio.  A lo largo de la serie, pueden verse muchas situaciones en que éste es el factor que hace la diferencia.

Desafiar el statu quo: el personaje desafía constantemente las reglas, pero no como un adolescente que se opone a la autoridad, sino dejando al descubierto su finalidad, muchas veces más ligada a intereses económicos y políticos que a sociales y sanitarios.

La vulnerabilidad de los líderes: a los protagonistas les pasan cosas en su vida personal, que los afecta en su desempeño laboral. La serie los muestra dejando en claro que esas situaciones no los hace débiles, sino que por el contrario, en ellas construyen su fortaleza. Quizás, pueda observarse en los protagonistas una tendencia a sacrificar su vida personal y su mundo afectivo, un mal bastante difundido en la actualidad.

Más allá de ser una ficción, con todos los clichés imaginables, New Amsterdam muestra interesantes facetas del liderazgo como fenómeno social.


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