Will Stronge, director de investigación de Autonomy, señaló que "este estudio muestra que el mayor experimento del mundo de reducción de la jornada laboral en el sector público fue, de acuerdo a todos los parámetros, un rotundo éxito".
"Demuestra que el sector público está listo
para ser pionero en reducción de semanas laborales y que otros
gobiernos pueden aprender algunas lecciones".
Gudmundur D. Haraldsson,
investigador en Alda, destacó que "la reducción de semana islandesa nos
dice que no sólo es posible trabajar menos en estos tiempos, sino que también
lo es el cambio progresivo".
Consecuencias indirectas
Como efecto positivo colateral,
muchos varones, aumentaron su participación en las tareas
domésticas. Por otro lado, la productividad y el nivel de la
prestación de servicios se mantuvieron iguales o mejoraron en la mayoría de los
lugares de trabajo, al igual que los ingresos reportados por el Estado.
Desde que terminó el
experimento, el 86% de la población islandesa trabaja menos horas o puede
solicitar el nuevo patrón de trabajo. De hecho, los sindicatos de Islandia ya
están negociando la reducción de las horas de trabajo por el mismo el
sueldo y pronto tendrán el derecho a hacerlo.
Otros experimentos similares se
están haciendo en otras partes del mundo, como en Nueva Zelanda --donde la
empresa Unilever en Nueva Zelanda está dando la oportunidad a sus trabajadores
de reducir sus horas un 20% sin rebajar su salario--; en España, el
diputado Iñigo Errejón del partido Más País presentó un proyecto similar;
y en Japón se recomendó a las empresas aplicar la misma
reducción a cuatro días para superar la crisis de la pandemia, reducir
la tasa de suicidios y mejorar la calidad de vida de los habitantes.
Publicado
en pagina12.com.ar
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